Internet y libertad son sinónimos. O parecen serlo… Uno puede hacer cualquier cosa sin censura, sin que nadie te observe. Con total independencia. Tal es así que puede llegar a entenderse como una doble dimensión de la realidad, en el sentido que una misma persona puede tener uno o varios “alter egos” en el ciberespacio, creándose perfiles diferentes. De esa manera surge una comunidad en Internet, divertida, sin reclamos ni obligaciones. Y en la que no hay filtro entre lo que se piensa y lo que se escribe. A esa libertad se refiere Jeff Jarvis en su articulo titulado “A Bill of Rights in Cyberspace”.
Jarvis plantea una serie de reglas que garanticen la libertad y privacidad de los cibernautas. Quiere despolitizar Internet porque considera que eso seria contaminarla, ésta dejaría de ser abierta para pasar a estar manipulada por intereses particulares. Si eso ocurriera, Internet perdería su esencia.
A mi entender, Internet ocupa un lugar muy importante y eso porque cumple una función aún más importante: darle a las personas la posibilidad de desahogarse, de manifestarse contra el sistema de forma anónima. Se trata de una vía de escape única e irremplazable. Y Eso es lo que Jarvis quiere proteger.
Ahora, hay algo en lo que Internet es igual al mundo real: uno es dueño de sus secretos y victima de sus palabras. Si eres defensor de esa libertad, debes aceptarla en todas sus expresiones. Jarvis se refiere a esto manifestando que, tú eres dueño de tu información pero si se lo cuentas a alguien, pasarás a compartir la propiedad de esos datos con otra persona. Que se sentirá con la libertad para hacer con ella lo que quiera.
Y acá se toca un punto muy polémico. Jarvis sostiene que cada persona decide qué hacer con su información. ¿Pero qué pasa con la piratería?, porque sinceramente es poco probable que los artistas estén tan dispuestos a compartir sus creaciones. Sin embargo, está todo disponible en Internet. Y es que hay que ser sinceros y reconocer que, muchas veces, se confunde libertad con otra cosa...
Y acá se toca un punto muy polémico. Jarvis sostiene que cada persona decide qué hacer con su información. ¿Pero qué pasa con la piratería?, porque sinceramente es poco probable que los artistas estén tan dispuestos a compartir sus creaciones. Sin embargo, está todo disponible en Internet. Y es que hay que ser sinceros y reconocer que, muchas veces, se confunde libertad con otra cosa...
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